El Casino de Dalías se ha convertido con el paso del tiempo en una relevante institución que está desarrollando un papel influyente en Dalías y en toda su comarca natural.
Ya desde su fundación, hace más de un siglo, el Casino fue un impulso hacia delante en distintos órdenes sociales, el económico y el de ocio y cultura principalmente, que enriqueció y aportó crecimiento en una importante parte de la provincia de Almería.
De por sí el edificio sede del Casino es un bien patrimonial a conservar debido a su exclusividad, su carácter único, y lo bien conservado que está. Lógicamente el edificio alberga unas instalaciones adecuadas a la funcionalidad que se pretende de ellas, salas y salones amplios y suficientes para desarrollar cualquier tipo de actividad, ya sea de reuniones, convenciones, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones o actuaciones, incluyendo todos los servicios convenientes exigidos a un local público; y más, la Junta Directiva del Casino se esmera en que estos servicios sean eficientes y de calidad.
Es, pues, el Casino de Dalías un bien siempre a disposición de las expectativas sociales, muy importante para Dalías, pero también para las comarcas del Poniente almeriense y la Baja Alpujarra por influencia natural y porque en estas dos comarcas viven la mayoría de los más de 1000 socios con que cuenta esta institución.
El pilar decisivo en el mantenimiento del Casino son sus socios y socias, un importante grupo de personas de todos los ámbitos sociales dispuesto a realizar un esfuerzo año tras año durante toda la vida para que el Casino luzca en todo el esplendor social y físico posible. Gracias a los socios, a cada uno de ellos, el Casino se mantiene como una especial institución idependiente con capacidad de influencia social.
El Casino de Dalías, arropado y mimado por socios, colectivos sociales e instituciones, es también un emotivo lugar de encuentro personal en los bailes de gala que se celebran cada mes de septiembre con ocasión de las fiestas de Dalías y también en el discurrir cotidiano, porque como aglutinante social dispone a encuentros, relaciones y amistades.
La ilusión de hacerse socio del Casino se transmite de padres a hijos y en cada nueva generación de personas se mantiene la gran ilusión de alcanzar la juventud con el objetivo añadido, a ese proceso tan especial en cada persona que consiste en llegar a la madurez, de inscribirse cuanto antes en el Casino.